Siempre te amaré
«Siempre te amaré, siempre tendrás mi amor. Mientras yo sea contigo, siempre serás mi pequeñito »
Con este bonito cuento de Robert Munsch empezamos la charla el jueves por la tarde para hablar sobre el dolor y la pérdida de un ser querido.
La lógica habitual nos propone que si algo nos molesta o nos provoca ansiedad, no lo miremos, que no nos recreemos, que no vayamos. Y finalmente huimos del dolor, del sufrimiento, de las incomodidades y los traumas presentes y / o pasados.
A través de lo que sentimos podemos integrar el porqué de lo que hemos experimentado, donde lo sentimos, y qué significado tiene todo. Si lo obvio, tal vez aquella sensación llena de información intensa y dolorosa se quedará en un rincón, pero no desaparecerá.
Y por mala suerte no podemos decidir vivir una vida sin dolor, pero si que podemos decidir cómo queremos vivir el sufrimiento que nos provoca este dolor.
Vivir implica aprender a sostener todo lo que sentimos, por lo tanto, no nos queda más remedio que convivir con nuestras emociones de la mejor manera posible, sean las que sean. Y si tenemos cerca a personas más pequeñas que nosotros, no sólo convivimos con nuestras, sino que también acabamos acompañando las suyas. ¿Cómo? Pues la gran mayoría de veces tal como nos sale y cómo podemos.
Esto no quiere decir que no haya maneras en las que podemos acompañar y ser acompañados tal como nos gustaría.
Aquí os dejo unas pequeñas sugerencias que no pueden quitar el dolor, pero quizás pueden hacer que el acompañamiento hacia éste sea más tolerable:
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Buscad lugares tranquilos y seguros para hablar
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Habla desde la misma altura y con un tono suave
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Decir la verdad (esto no quiere decir explicar todos los detalles), pero la muerte es real y es para siempre
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Si tus emociones son expresadas, no las escondas, es otra manera de normalizar lo que uno puede llegar a sentir en tales circunstancias
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Escucha y haz preguntas. Esto permitirá que si ellos / as se hacen preguntas te vean abierto a hablar y a responder
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Si las hacen y no estás seguro de las respuestas, no pasa nada, no lo podemos controlar todo y no tenemos respuestas para todo, y menos cuando hablamos sobre el sentido de la vida
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Si existe la oportunidad a despedirse, dale. Si la acepta adelante y sino, no pasa nada! Elegirá su momento para despedirse, aunque sea en la intimidad y solo/
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Cuidaros y mimaros
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Y si cuidáis a un menor en estas circunstancias, permite que alguien también os cuide a vosotros